¿Con qué cara, verdad Javier?

Javier Duarte de Ochoa - Acto de basificación de empleados del poder ejecutivo (3)
Javier Duarte. (Foto: Eduardo Martínez)

Muchos lo escuchamos el martes muy temprano. Cuando el periodista de Radio Fórmula Ciro Gómez Leyva leía su teaser de noticias anunció que tendría en el estudio al gobernador de Veracruz Javier Duarte.

Decir que escucharlo causaba interés sería muy pretencioso; más bien el morbo llevó a más de uno a mantenerse en la frecuencia de “Por la mañana”.

Rondaban las 8:10 de la mañana cuando el mandatario veracruzano reaparecía en una entrevista formal —no de banqueta ni en lecturas de mensajes sin preguntas ni respuestas— con un medio de comunicación y con un periodista más o menos incómodo (cuando quiere).

Presumió la pérdida de 34 kilogramos, nada extraño porque en cada acto lo saca a la palestra como si se tratara de su más grande logro de gobierno.

Lo que después ocurrió fue pura verborrea, mentiras, débiles argumentos.

En la mesa con Ciro Gómez Leyva dijo que no tiene bienes en el extranjero, ni él ni su esposa Karime Macías, ni siquiera en The Woodlands, Texas, como demostró con pruebas documentales el periódico El Financiero.

Negó que él —de forma mañosa— hubiera permitido la operación de las 26 empresas fantasma que establecieron contratos con su gobierno, mediante las cuales desviaron 645 millones de pesos (revelaciones del trabajo periodístico espléndido divulgado en mayo por el sitio animalpolitico.com en alianza con Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad).

Acusó al excandidato del PRI a la gubernatura de Veracruz, Héctor Yunes Landa, de ser el único responsable de la derrota electoral del 5 de junio.

Al final asomó un gesto honesto con el periodista: sí sabía de las propiedades millonarias y empresas (todas empadronadas en el gobierno del estado) de su exsecretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, al que aún después de las revelaciones del sitio aristeguinoticias.com calificó como un “hombre honorable”.

Al escucharlo recordé sus declaraciones cinco días antes a la prensa de esta ciudad a la que aseguró “no sabía” de la fortuna de Bermúdez.

Cuando le escribí a un amigo periodista de la Ciudad de México y pregunté si escuchaba la entrevista a Duarte me respondió que no.

Le pedí que me diera su opinión —casi siempre atinada— de por qué en este momento el gobernador de Veracruz se ve envalentonado; por qué ha denunciado al gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares en la PGR; si es por ocurrencia o por algún tipo de coacheo desde Los Pinos y si sería un gesto de que ni el Presidente ni su partido lo castigarán.

Recibí una respuesta contundente vía mensaje instantáneo: una sola frase “con qué cara” y una captura de pantalla del sitio web del influyente periódico británico The Guardian en la que se leía el encabezado “Mexican first lady’s Florida home owned by potential government contractor” sobre una fotografía en la que Peña camina del brazo de su esposa Angélica Rivera.

Si con el Presidente de México no ocurrió nada después de la investigación periodística de “La casa blanca de Peña” de noviembre de 2014, pues nada pasará con el gobernador veracruzano y tal vez tampoco con su círculo cercano que ha encontrado impunidad.

¿Con qué cara te castigarían, verdad Javier?

THEGUARDIAN
The Guardian. Peña y Rivera.

Duarte, “a chillidos de marrano…”

Si el último speech del presidente de la República Enrique Peña Nieto no tiene repercusiones en Veracruz, entonces el gobernador Javier Duarte enseñará su habilidad con aquella conseja popular de que “a chillidos de marrano, oídos de carnicero”.

Apenas al mediodía de este lunes el mandatario mexicano promulgó las leyes que regulan el Sistema Nacional Anticorrupción impulsado desde el inicio del sexenio.

Desde Palacio Nacional lanzó un mea culpa en su discurso por la compra de la llamada Casa Blanca de las Lomas de Chapultepec a un contratistas de su gobierno:

“Este asunto me reafirmó que los servidores públicos además de ser responsables de actuar conforme a derecho y con total integridad, también somos responsables de la percepción que generamos con lo que hacemos, y en esto, reconozco que cometí un error.

“No obstante que me conduje conforme a la ley, este error afectó a mi familia, lastimó la investidura presidencial y dañó la confianza en el gobierno. En carne propia sentí la indignación de los mexicanos. La entiendo perfectamente. Por eso con toda humildad les pido perdón. Les reitero mi sincera y profunda disculpa por el agravio e indignación que les causé.

“Cada día a partir de ello estoy más convencido y decidido a combatir la corrupción”, expresó Peña Nieto.

El mensaje presidencial llega justo el día en el que el periódico El Financiero divulga la información titulada “Prepara Duarte su mansión en Houston, Texas”.

La noticia firmada por Mario Carbonell detalla la adquisición del matrimonio Duarte Macías de una propiedad en el exclusivo Woodlands Country Club, en aquel estado de la Unión Americana.

“… tiene dos nuevos miembros distinguidos. Se trata de Javier Duarte de Ochoa, gobernador saliente de Veracruz, y su esposa, Karime Macías.

“Duarte, quien está a tres meses y medio de dejar el poder en medio de acusaciones de enriquecimiento ilícito y amenazas de que será llevado a prisión, figura en la lista de cinco nuevos propietarios de una membresía en este exclusivo club. Así lo muestra la revista interna del Woodlands Country Club —a la que El Financiero tuvo acceso—, en cuya edición de julio da la “Bienvenida” a los veracruzanos, junto con los matrimonio Chandler, Linden y Nash”, revela la información.

Woodlands
The Woodlands. (Foto tomada de El Financiero)

El costo de un inmueble dentro de Woodlands en Houston, Texas, va de los 400 mil dólares hasta los 3.5 millones de dólares.

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Ipso facto el gobernador Duarte rechazó tener propiedades en el extranjero. Lo hizo con cuatro tuits desde su cuenta personal, en uno de los cuales se lee:

“He sido reiterativo y lo vuelvo a ser, ni mi esposa ni yo tenemos propiedad alguna en el extranjero, no tengo ni he tenido prestanombres. La única propiedad que he comprado con el dinero ganado por mi salario es una acción en un club deportivo, quien diga lo contrario miente”.

Como prueba de descargo acompañó otro tuit con documentos en el que se leía que “En 12 años de servidor público ésta es mi única inversión; anexo copia de la transferencia de mi cuenta de nómina”.

La defensa mediática de Javier Duarte en realidad no lo exime de los señalamientos de corrupto ni de la misma compra del inmueble en Woodlands Country Club; por el contrario, se exhibe como un político opaco, alejado de la transparencia, rendición de cuentas y aficionado de la impunidad.

Y es que la copia de la transferencia bancaria —realizada a través de Banorte— esconde montos, tipo de cambio y el equivalente en moneda nacional.

Pero cómo exigirle más a un político como Javier Duarte cuando sigue sin presentar su #3de3, una iniciativa que busca reconstruir la confianza ciudadana a través del compromiso y transformación de la clase política mexicana.

El gobernador veracruzano mantiene renuencia a hacer pública su declaración patrimonial, fiscal y de intereses. Tan es así que en el sitio web tresdetres.mx existe un link para exigirle que sea un funcionario transparente como seis gobernadores priistas, tres panistas, dos perredistas y el mismo independiente Jaime “El Bronco” Rodríguez Calderón que han atendido esa iniciativa.

Son muchos los veracruzanos que manifestaron con su voto el 5 de junio que desean que el “perdón” ofrecido por el Presidente tenga alcances en cada una de las entidades, particularmente en las que gobiernan sus correligionarios priistas.

Javier Duarte tendría que emular a Peña Nieto, o al menos poner sus barbas a remojar, pues con la promulgación de las leyes generales del Sistema Nacional Anticorrupción y la de Responsabilidades Administrativas, ahora sí el gobierno federal está en condiciones de comenzar a lavarse la cara y atrapar a uno que otro gordo pez para recomponer el escenario electoral del 2018.

Israel Roldán | Twitter: @israel_roldan | FB: Israel Roldán

Puedes verificar algunos de los documentos consultados para elaborar este artículo en los links:

Iniciativa #3de3 caso gobernadores

 

El loco rompecabezas de los Duarte Macías

Rompecabezas
La imagen que ilustra esa entrega de Casa Veracruz de Karime Macías.

Cada jueves durante un tramo amplio del sexenio de Javier Duarte, su esposa Karime Macías firmaba un ocurrente texto que la Coordinación General de Comunicación Social divulgaba como una columna titulada Casa Veracruz.

En la entrega del 31 de julio del 2014, la presidenta del Patronato del DIF estatal publicó “Rompecabezas” que iniciaba así:

“Tenemos un pequeño proyecto en casa estas vacaciones. He comprado un rompecabezas de quinientas cincuenta piezas lo suficientemente complicado para hacerle honor al nombre. La escena es una pequeña y divertida función de ópera con una loca orquesta sinfónica. ¡Muy parecida a la vida real!”.

La entradilla servía para correlacionar el entusiasmo que provocaba a sus hijos y familiares colocar una pieza más al rompecabezas con la alegría de los niños adoptados al abandonar la casa hogar…

Más allá de la anécdota contada en ese texto, habría que preguntarle a los Duarte Macías cómo ven la vida real —parafraseando a la señora Karime— que heredan a los veracruzanos. Y es que lo que pretenden al final del sexenio es cosa de locos.

Si algo distinto no ocurre, este jueves en el pleno del Congreso local los diputados del PRI y aliados aprobarán una parte del “kit de impunidad” que pretende el gobernador Javier Duarte.

La Junta de Coordinación Política de la Legislatura circuló desde este miércoles la propuesta del Ejecutivo para integrar la Sala Especializada en Combate a la Corrupción con una terna de personajes cercanos al mandatario durante el sexenio: Francisco Portilla Bonilla, Guadalupe Porras David y Alberto Tomasini Martínez.

También se anticipa que este mismo jueves, el Congreso del Estado anunciará la reposición del procedimiento para proponer al titular de la Fiscalía Anticorrupción, luego de que Portilla Bonilla declinara en un primer momento.

En la sesión además se votará la donación del predio denominado Casa Veracruz a la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), a la Comisión Estatal para la Atención y Protección de Periodistas (Ceapp) y a la Comisión Estatal para la Atención Integral de Víctimas del Delito (Ceaivd).

De aprobarse la solicitud de Duarte, el gobierno cedería 6 mil metros cuadrados de Casa Veracruz a la CEDH.

Cada una de éstas pretensiones no tienen justificación si se revisan algunos números.

Por ejemplo, actualmente la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Veracruz despacha en el edificio sito en la calle Felipe Carrillo Puerto número 21 de la Colonia Centro.

Ese inmueble tiene una superficie de mil 420 metros cuadrados (4 mil 580 menos de lo que tendría en Casa Veracruz), en donde labora un centenar de trabajadores. Para ocupar ese edificio la comisión eroga por concepto de renta mensual 51 mil 133.02 pesos IVA incluido, unos 613 mil 596.24 pesos anuales, que es apenas el 1.27 por ciento del presupuesto total que ejerce ese organismo público autónomo durante este año (48 millones de pesos).

¿En serio tiene sentido entregar Casa Veracruz? Muchos como el gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares han dicho que no; también los vecinos de la Colonia Dos de Abril.

Tampoco deberían sacar adelante el resto del “kit de impunidad”.

Por eso si los diputados del Congreso local reconsideraran la enajenación de Casa Veracruz, tal vez muchos lanzarían “fanfarrias colectivas” como lo hacen los de la familia Duarte Macías cada vez que arman su rompecabezas.

 

Israel Roldán / Twitter: @israel_roldan / FB: Israel Roldán