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Duarte, “a chillidos de marrano…”
Si el último speech del presidente de la República Enrique Peña Nieto no tiene repercusiones en Veracruz, entonces el gobernador Javier Duarte enseñará su habilidad con aquella conseja popular de que “a chillidos de marrano, oídos de carnicero”.
Apenas al mediodía de este lunes el mandatario mexicano promulgó las leyes que regulan el Sistema Nacional Anticorrupción impulsado desde el inicio del sexenio.
Desde Palacio Nacional lanzó un mea culpa en su discurso por la compra de la llamada Casa Blanca de las Lomas de Chapultepec a un contratistas de su gobierno:
“Este asunto me reafirmó que los servidores públicos además de ser responsables de actuar conforme a derecho y con total integridad, también somos responsables de la percepción que generamos con lo que hacemos, y en esto, reconozco que cometí un error.
“No obstante que me conduje conforme a la ley, este error afectó a mi familia, lastimó la investidura presidencial y dañó la confianza en el gobierno. En carne propia sentí la indignación de los mexicanos. La entiendo perfectamente. Por eso con toda humildad les pido perdón. Les reitero mi sincera y profunda disculpa por el agravio e indignación que les causé.
“Cada día a partir de ello estoy más convencido y decidido a combatir la corrupción”, expresó Peña Nieto.
El mensaje presidencial llega justo el día en el que el periódico El Financiero divulga la información titulada “Prepara Duarte su mansión en Houston, Texas”.
La noticia firmada por Mario Carbonell detalla la adquisición del matrimonio Duarte Macías de una propiedad en el exclusivo Woodlands Country Club, en aquel estado de la Unión Americana.
“… tiene dos nuevos miembros distinguidos. Se trata de Javier Duarte de Ochoa, gobernador saliente de Veracruz, y su esposa, Karime Macías.
“Duarte, quien está a tres meses y medio de dejar el poder en medio de acusaciones de enriquecimiento ilícito y amenazas de que será llevado a prisión, figura en la lista de cinco nuevos propietarios de una membresía en este exclusivo club. Así lo muestra la revista interna del Woodlands Country Club —a la que El Financiero tuvo acceso—, en cuya edición de julio da la “Bienvenida” a los veracruzanos, junto con los matrimonio Chandler, Linden y Nash”, revela la información.
El costo de un inmueble dentro de Woodlands en Houston, Texas, va de los 400 mil dólares hasta los 3.5 millones de dólares.
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Ipso facto el gobernador Duarte rechazó tener propiedades en el extranjero. Lo hizo con cuatro tuits desde su cuenta personal, en uno de los cuales se lee:
“He sido reiterativo y lo vuelvo a ser, ni mi esposa ni yo tenemos propiedad alguna en el extranjero, no tengo ni he tenido prestanombres. La única propiedad que he comprado con el dinero ganado por mi salario es una acción en un club deportivo, quien diga lo contrario miente”.
Como prueba de descargo acompañó otro tuit con documentos en el que se leía que “En 12 años de servidor público ésta es mi única inversión; anexo copia de la transferencia de mi cuenta de nómina”.
La defensa mediática de Javier Duarte en realidad no lo exime de los señalamientos de corrupto ni de la misma compra del inmueble en Woodlands Country Club; por el contrario, se exhibe como un político opaco, alejado de la transparencia, rendición de cuentas y aficionado de la impunidad.
Y es que la copia de la transferencia bancaria —realizada a través de Banorte— esconde montos, tipo de cambio y el equivalente en moneda nacional.
Pero cómo exigirle más a un político como Javier Duarte cuando sigue sin presentar su #3de3, una iniciativa que busca reconstruir la confianza ciudadana a través del compromiso y transformación de la clase política mexicana.
El gobernador veracruzano mantiene renuencia a hacer pública su declaración patrimonial, fiscal y de intereses. Tan es así que en el sitio web tresdetres.mx existe un link para exigirle que sea un funcionario transparente como seis gobernadores priistas, tres panistas, dos perredistas y el mismo independiente Jaime “El Bronco” Rodríguez Calderón que han atendido esa iniciativa.
Son muchos los veracruzanos que manifestaron con su voto el 5 de junio que desean que el “perdón” ofrecido por el Presidente tenga alcances en cada una de las entidades, particularmente en las que gobiernan sus correligionarios priistas.
Javier Duarte tendría que emular a Peña Nieto, o al menos poner sus barbas a remojar, pues con la promulgación de las leyes generales del Sistema Nacional Anticorrupción y la de Responsabilidades Administrativas, ahora sí el gobierno federal está en condiciones de comenzar a lavarse la cara y atrapar a uno que otro gordo pez para recomponer el escenario electoral del 2018.
Israel Roldán | Twitter: @israel_roldan | FB: Israel Roldán
Puedes verificar algunos de los documentos consultados para elaborar este artículo en los links:
Iniciativa #3de3 caso gobernadores