Complicidades

Así lo escribió J.M. Pasado en la columna Nada Personal que publica el periódico MARCHA en su página 3:

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En el Veracruz que “ya cambió” permea una doctrina de complicidades que impide algunas libertades y limita otros derechos inalienables.

El sistema, sus instituciones, son el símil de los eslabones que forman una cadena que ata las legítimas exigencias ciudadanas y de los sectores productivos.

La evaluación docente que se realizó el fin de semana ha exhibido —una vez más— al sistema represor que han consolidado los poderosos de Veracruz.

No es sólo el actual gobierno o un solo hombre como Javier Duarte. Hablo de los exgobernadores, de exservidores públicos, de familias con altísimos intereses y capacidades económicas. También de medios de comunicación, sus dueños y periodistas, de todos aquellos tomadores de decisiones a los que importa nada el bien común.

Hablo por lo menos —insisto, por lo menos— de cinco sexenios atrás. El de Fernando Gutiérrez Barrios (1986-1988). Entre los priistas lo recuerdan como el Hombre Leyenda. Prefieren ese renombre que llamarlo el gran mal policía. Hizo carrera dentro del Ejército Mexicano, se colocó al frente de la Dirección Federal de Seguridad, el organismo represor del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz. Espía y perseguidor era su perfil que impuso en esos años en Veracruz

Su relevo, Dante Alfonso Delgado Rannauro (1988-1992), permitió el primer gran saqueo de Veracruz. Las familias ricas se hicieron más ricas. A las más pobres las hicieron más imbéciles con engaños, tomadas de pelo con obras “fantasma” y programas asistenciales que nunca funcionaron. Dante y otros colaboradores, entre ellos Porfirio Serrano Amador, pisaron la cárcel pero no por mucho tiempo.

La doctrina de complicidades avanzó en el sexenio de Patricio Chirinos Calero (1992-1998), el gobernador impuesto del presidente Carlos Salinas. Chirinos no quería gobernar Veracruz, por eso dio rienda suelta al secretario de Gobierno, Miguel Ángel Yunes Linares. El perfil más cercano del ahora panista lo vino a sacudir Andrés Manuel López Obrador, el jueves durante una gira por el municipio de Coatzintla. Fueron seis años, en serio terribles, de espionaje, represión y persecución en contra de las organizaciones de oposición, particularmente contra los movimientos de izquierda.

Vino el sexenio de Miguel Alemán Velazco (1998-2004). El gobierno aburguesado vendió espejitos a los veracruzanos. Pero se llevó todo. En las últimas semanas de aquella administración endeudó al estado con 3,500 millones de pesos. Nadie, uno solo de los alemanistas, vive austeramente. Gozan de fortunas cuidadas por el débil sistema de justicia. Ninguno acabó en la cárcel.

De los últimos dos sexenios, el de Fidel Herrera (2004-2010) y el actual de Javier Duarte, no puede hablarse por separado porque no son tan distintos. Es más, operan los mismos pero en versiones ampliadas: son más ladrones, cundidos de cinismo, represores.

El gobierno de ahora es el último eslabón que está por cerrar esa inmensa cadena de complicidades con origen de muchos años atrás.

En ese último eslabón llevan amplia carga los poderes Legislativo y Judicial, siempre a modo del Ejecutivo; una Fiscalía General de Justicia con supuesta autonomía, de puro decoro, que no castiga a nadie salvo a los débiles y chivos expiatorios.

Igualmente los organismos como la Comisión Estatal de los Derechos Humanos que para nada sirve, o la Comisión Estatal de Atención y Protección de los Periodistas que no ha pasado de ser una carga financiera para el estado. La misma Universidad Veracruzana, cuya rectora Sara Ladrón de Guevara un día es guerrera en el reclamo de los recursos que adeuda el estado a la máxima casa de estudios y al otro es doblegada por alusiones y piropos en el V Informe de Gobierno.

Son cómplices también los elementos policiacos que integran el aparato de seguridad del estado, los estatales, los de la Fuerza Civil, los de la Policía Vial, y todos los demás, porque no entienden que no es a macanazos como llega el orden.

Además, los medios que no democratizan sus páginas, que no ajustan sus códigos deontológicos, que no diversifican sus coberturas ni sus criterios editoriales.

Acá no hay que olvidar tampoco a los barones del dinero que se agrupan en cámaras empresariales, asociaciones y organismos que solamente protestan cuando las malas decisiones del gobierno alcanzan sus intereses económicos.

Algo tiene que ocurrir con Veracruz. La alternancia puede ser una alternativa pero no es la única ni la garantía de que las cosas se recompondrán.

Quizá la opción sea más simple: encontrar nuevos hombres que conduzcan a las instituciones, sin olvidar castigar de forma ejemplar a aquellos que ordenan a policías y encubiertos golpear a maestros opositores, transeúntes y reporteros.

La Fuerza Aérea Veracruzana (o los aviadores en la SEV)

Si eres aviador en la Secretaría de Educación de Veracruz, o conoces alguno, esto te interesa.

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4 claves para entender el politizado tema de los aviadores

1.- El 19 de octubre de 2015, el gobernador de Veracruz Javier Duarte de Ochoa reveló que su gobierno detectó 2,173 aviadores –de esos que cobran sin trabajar— en la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV), quienes serían despedidos. Esto divulgaron en una comunicación oficial. (Boletín del Gobierno de Veracruz).

2.- El 21 de octubre el mismo gobernador soltó un dato: 124 aviadores vienen desde el sexenio de Patricio Chirinos en el que Miguel Ángel Yunes Linares fue secretario de Gobierno.

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El tuit de Duarte.

3.- Miguel Ángel Yunes respondió el 26 de octubre con una denuncia en contra de funcionarios y exfuncionarios duartistas por el presunto desvío de 9 mil millones de pesos en el tema de los aviadores. El video es del Colectivo Voz Alterna.

4.- Esa misma noche, se filtró la lista de los primeros 120 aviadores de la SEV, los que según el gobierno del estado solapó Yunes Linares.

¿Estás en la lista?

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#Columna IVAI, pifia tras pifia #NadaPersonal

Un baby shower volvió a exhibir la insolencia de los comisionados del Consejo General del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información.

Sí, un baby shower. Un evento social de éstos que se llevó a cabo en el salón del pleno del IVAI. La historia la contó la reportera Leticia Rosado en el portal de noticias radiover.info en una nota que titularon: “Utilizan edificio del IVAI para hacer baby shower”.

La comisionada presidenta Yolli García Álvarez obligó a las empleadas a asistir a la reunión, en día y horario laboral, con regalo en mano obligatorio, por tratarse del festejo de una integrante de su ponencia.

Al margen del texto una fotografía en la que se ve la mesa de pleno decorada con bocadillos y globos en rosa pastel.

La información habría quedado como un asunto anecdótico de no ser porque los comisionados del IVAI se están acostumbrando a realizar situaciones vergonzosas sin que ocurra algo.

Pareciera que la presidenta Yolli García o el resto de los comisionados, Fernando Aguilera y José Rubén Mendoza, pueden cometer actos irregulares sin que sean sancionados porque no dañan el patrimonio del instituto.

Si ese fuera el argumento, posiblemente el Congreso del Estado, quizá el Orfis, debería en este momento revisar otro acto que sí causa agravios al IVAI, no como el baby shower.

Hace unas semanas el comisionado Fernando Aguilera pidió la renuncia de otros empleados con cargos operativos medulares.

Una de las remociones se obligó en el área de nóminas. Cada que se llegaba la quincena, por encargo de Aguilera asistía alguien diferente para hacer los pagos.

En más de una ocasión se hicieron mal, se dejaron de pagar impuestos, lo que provocó multas del Servicio de Administración Tributaria.

De ahí que las omisiones y actos irregulares en el IVAI, sean los que sean, deben comenzar a sancionarse o de lo contrario los desvergonzados comisionados van a heredar un esqueleto de instituto que alguna vez se pensó provocaría cosas buenas para Veracruz.

Si alguna instancia no pone orden, García, Aguilera y el priista Mendoza van a desacreditar -todavía más-, al órgano garante de la transparencia.

Por cierto, si usted lector es de los que tiene como práctica preguntarle a las dependencias de la administración estatal sobre información pública, ni se esfuerce en estos días, pues sepa que el sistema Infomex se quedó sin operador también por las pistolas de Fernando Aguilera.