Gobernadores… los veracruzanos estamos jodidos

Algunos dicen que la prensa, los medios y los periodistas son algo así como la métrica de la opinión pública sobre los gobernantes que nos tocan.

Si así fuera, Veracruz y su gobierno –no los veracruzanos—, por lo que se ve en los medios, arrastra una gran carga de rechazo ciudadano, de adentro y de afuera del estado. Estamos jodidos, parafraseando al entrenador de futbol Javier Aguirre.

Solamente una mirada a bote pronto a las redes sociales enseña lo desafortunado que son los veracruzanos –sólo la redacción en tercera persona me exenta— con su gobierno, el de ahora, pero también el de antes.

Dos cartones muestran lo que la incipiente democracia veracruzana nos ha dejado en los últimos años.

Uno es el de Rius. Ahí va el exgobernador Fidel Herrera, ahora cónsul de México en Barcelona, con cola de rata con la leyenda inscrita “DEUDA VERACRUZ”.

Avanza rumbo a Barcelona, con un copete a la Enrique Peña Nieto, para que no se olvide el origen de la designación.

fidel
Cartón de Rius.

El otro es del monero Camacho. Javier Duarte camina con esa sonrisa con tufo de que sólo Veracruz es bello y de que aquí no pasa nada.

En su andar libra a manifestantes que le reclaman la muerte de periodistas, la inseguridad, la desaparición de sus hijos.

Cartón de Camacho.
Cartón de Camacho.

En la televisión tampoco se escapa esa imagen que el mismo Javier Duarte dejó inscrita para el colectivo social.

El comunicador Víctor Trujillo con el personaje de Brozo lo ha vuelto a increpar:

  • “Puedes ser un politiquillo de mierda, pero te detienes” –ha dicho sobre el affaire Duarte y el reclamo de una madre por su hija desaparecida.
Captura de pantalla 2015-10-26 a las 13.41.29
Brozo en Foro TV.

(El video lo puedes ver acá)

En la prensa de este lunes se ha vuelto a ver cómo anda Veracruz en el plano nacional: mal, cada vez peor. Pero los veracruzanos, de eso, no tenemos la culpa.

Remate

El gobernador Javier Duarte escribió esto en las últimas horas. Quizá de nada sirve.

Captura de pantalla 2015-10-26 a las 13.30.58
Tuit de Javier Duarte.

#AnálisisDeDiscurso Duarte: lavarse la cara

Foto: Eduardo Martínez
Foto: Eduardo Martínez

En su mensaje a medios de comunicación –así han llamado en la Coordinación General de Comunicación Social del gobierno de Veracruz al ejercicio de alocución del gobernador de cada lunes— dijo Javier Duarte:

“Yo no gobierno pensando en las elecciones, gobierno pensando en Veracruz, para generar condiciones de crecimiento y desarrollo; y en este sentido yo no puedo estar limitado a los ciclos electorales o políticos, mi decisión siempre va en el sentido del beneficio de la sociedad veracruzana”.

¿Quién elabora los discursos del gobernador? En el de esta mañana no hay carga de forma ni significado; ni interacción ni cognición; tampoco contexto.

Su mensaje es un intento –otro más— de lavarse la cara en el tema de la corrupción. Pero además es malísimo por la coyuntura política que enfrenta:

1.- El mensaje llega directo a Los Pinos justo en este momento de crisis política que enfrenta el gobierno veracruzano y particularmente Javier Duarte. Si algo está claro en el accionar del presidente Enrique Peña es nunca dejar de hacer política. Él, su grupo cercano, gobiernan –bien o mal, como sea— pensando siempre en ciclos electorales.

2.- Hoy el columnista Raymundo Riva Palacio escribe en Estrictamente Personal que el futuro inmediato de Duarte es evaluado en el centro del gobierno de la República y al interior de la cúpula nacional del PRI. La versión periodística debe preocupar al gobernador, pues si es considerado “un lastre” para su partido y por el Presidente, algo ocurrirá con él previo al ciclo electoral y político.

3.- En el principio de su alocución de este 12 de octubre Javier Duarte intentó presumir asepsia en su gobierno. Mal lo hizo. Sin siquiera nombrarlo, concede la razón al senador Héctor Yunes Landa en su juicio de que la caña de pescar que le obsequió el gobernador únicamente sería útil para “atrapar charales”. Los “peces gordos” son del dominio público. No habrá limpieza de cara hasta no llamarlos por su nombre, quizá mejor, proceder en su contra. Y eso es lo que no hace el gobernador en sus discursos.