Nótese lo que ocurre con el gremio periodístico de Veracruz: una mañana procura emotiva cobertura de la marcha del #24A en la que mujeres protestaron contra la violencia machista y horas después cometen actos misóginos sin reparar en ese detalle.
El Organismo Público Local Electoral (OPLE) aprobó la celebración de dos debates entre los candidatos a la Gubernatura de Veracruz, el primero de éstos desarrollado la noche del domingo 24 de abril.
Para organizarlo contrató a un particular, una empresa con razón social Producciones Nuevas de Veracruz S.A. de C.V., (Pronuver).
Las deficiencias manifestadas por Pronuver y una mala tarde de la moderadora de ese ejercicio democrático, la periodista Adriana Pérez Cañedo, distrajo a casi todos de lo centralmente importante.
Más allá del debate de las ideas de los candidatos —que tampoco hubo de sobra—, lo que provocó el hervidero en las redes sociales Twitter y Facebook fue el desencuentro de Pérez Cañedo con hombres y mujeres de los medios, entiéndase reporteros, camarógrafos y fotógrafos.
Las causas ya las sabrán. La periodista —que no es una improvisada— intentaba hacer su trabajo desde las horas previas: crear condiciones, dentro y fuera del set, para procurar un buen debate.
Es cierto que como moderadora debía orientar sólo la participación de los candidatos, no controlar el ingreso al espacio físico en el que se desarrolló el ejercicio. Para eso estaba Pronuver ¿o no?, o el OPLE, o los partidos políticos que antes debieron decidir los tiempos y la forma en que debían acceder los fotoperiodistas.
Pero fueron omisos y así iba a ser complicado que Pérez Cañedo o cualquiera no perdiera el control.
Entonces comenzó su mala tarde. Sostuvo interlocución con los periodistas que pedían registrar la imagen de los siete candidatos.
Adriana Pérez levantó la voz, provocó la rechifla de todos. Lo más delicado de esa noche fueron las alocuciones misóginas (aversión por las mujeres, según el diccionario de la Real Academia Española) proferidas por las propias mujeres del gremio que le recordaron que en ese sitio y para el debate era la modera “y nada más”, como si se tratara de una mera figura decorativa, así como se les trata a muchas en sus empleos.
Tan agredida ella como las otras mujeres —y hombres— periodistas que reclamaban el acceso.
¿No, acaso, esa misma mañana del #24A las mujeres exigieron trato digno, alto a las agresiones cotidianas y que sus derechos sean respetados?
¿No con leyendas escritas sobre cartulinas manifestaron que “ninguna agresión es la respuesta”?
En la marcha contra la violencia machista en Xalapa gritaron “no a la violencia, no a la muerte, no a vivir un infierno por ser mujeres”.
Pues esa misma noche se olvidaron, al menos las mujeres y hombres del gremio, de tan digno reclamo.
Israel Roldán nos comparte en estas líneas de Nada Personal un extracto de La prensa que tenemos –el primero de varios—, de la entrevista a Riva Palacio.
Portada periódico MARCHA, 27 de febrero, 2016. Nota de portada La prensa que tenemos.
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En 2011, Israel Roldán –quien se desempeña como subdirector Editorial de esta casa MARCHA—, inició un proyecto periodístico que después de cuatro años culminó con el libro La prensa que tenemos. Conversaciones sobre el ejercicio periodístico en México.
Será presentado por el mismo autor y el periodista Salvador Camarena el próximo jueves 10 de marzo, a las 18:00 horas, en la Sala de Cabildo del Ayuntamiento de Xalapa.
El libro registra ocho entrevistas a destacados periodistas, de medios tradicionales y digitales: David Aponte, Homero Campa, Raymundo Riva Palacio, Mario Campos, José Gil Olmos, Jorge Villalpando, Salvador Camarena (el presentador) y Maricarmen Fernández Chapou.
Israel Roldán nos comparte en estas líneas de Nada Personal un extracto de La prensa que tenemos –el primero de varios—, de la entrevista a Riva Palacio:
“— Precisamente en alguno de tus textos propones regresar a lo básico: informar, explicar, contextualizar. Mucho de esto se deja de hacer y así se diluye el periodismo ¿no? –pregunta Israel.
— El medio ha perdido editores. Pienso que los medios los hacen los editores, ellos son los que te orientan, los que te dicen, los que piensan cómo reconstruir las cosas, cómo explicarlas mejor. Te doy el ejemplo más básico. Lo he platicado con varios, se los he dicho, a Ciro Gómez Leyva, ustedes traen numeralias (en Milenio) que no sirven para nada y solo generan miedo y terror. El problema con las numeralias es que no cruzan la información con datos duros y la manera que podrían aplicarse políticas públicas para tratar de encontrar soluciones a las terribles problemáticas nacionales, por ejemplo en Ciudad Juárez existe un grave déficit de preparatorias, unas 30 mil personas no tienen acceso a las prepas y debido a que aún son muy chicos para trabajar formalmente, tampoco se emplean y se quedan como Ninis, quienes logran conseguir un empleo se contratan en maquiladoras pero los demás son presa fácil para las actividades del narco. Cuando me he puesto a revisar la cantidad de muertos que ha habido en el país me sorprende que buen número de fallecidos son de Michoacán, esta referencia me indica que si hay tantas personas que fallecen y son de Michoacán pues algo pasa en esa entidad que no se han hecho las cosas bien y su población está desprotegida ante los embates de la delincuencia.
— Hay coberturas sin controles éticos Raymundo, ¿debería haber entonces una obligada autocrítica?
— No hay concepto ético en los medios. El conflicto de intereses no existe. Bueno, lo vimos en la discusión de Carmen Aristegui, estaba mezclada y sin posibilidad de análisis objetivo, eso era una barbaridad. Desde el punto de vista político-activista fue una cosa bien hecha, pero desde el punto de vista laboral fue un desastre de parte de los empresarios y bajo la óptica de política social del gobierno federal fue un desgarriate, todo estuvo mal pero la manera en que fue procesada fue de buenos y malos, qué importa lo demás. Y de esta discusión te llevo a ver la falta de un asidero técnico y ético en los medios, no la gente, que no tiene por qué entender este tipo de cosas, ni es su negocio, pero en los medios se vio que no hubo objetividad y nunca se recurrió a la litis del tema periodístico y la verdad fue decepcionante. Hay que regresar a lo básico, sin duda”.
Quienes integramos la redacción de MARCHA, desde la Dirección que encabeza Saúl Contreras Beltrán, te extendemos un abrazo y felicitaciones por este libro, para el que se espera éxito en la circulación desde el día de su presentación.
Columna publicada en revista Fundamentos de febrero.- Cinco crímenes de comunicadores se cometieron durante su permanencia en la Ceapp: Gregorio Jiménez de la Cruz (5 de febrero de 2014, Villa Allende), Moisés Sánchez Cerezo (2 de enero de 2015, Medellín de Bravo), Armando Saldaña Morales (4 de mayo, Tierra Blanca), Juan Mendoza (2 de julio, conurbación Veracruz-Boca del Río) y Rubén Espinosa Becerril (31 de julio, Ciudad de México).
Un artículo de mayo de 1887 aparecido en el diario La Época
El telégrafo, asesino de la prensa. —Imprentas, vagones y redacciones de ida y vuelta. —Los periódicos de estaño. —Los periódicos que hablan. —Periodistas aéreos y periodistas de artillería. —Los diarios en la luna.
Vamos a concluir la conferencia del Sr. Silvela (don Francisco) acerca del periodismo. No ha muchos días trató el gran orador del pasado y el presente de nuestros diarios. Lo triste es el porvenir: lo grave es que se acabó el periodismo. Lo sorprendente es que la prensa se va, que la prensa se muere.
¡Que la prensa se va! ¡Que van a concluir los periódicos, las revistas. ElImparcial, La ÉPOCA y Las Dominicales del Pensamiento suelto, el Times, El Liberal, los cajistas y los reporters, los artículos de fondo y el fondo de los anuncios! ¿Que ya no leeremos a Escalada? ¡Imposible! La prensa es inmortal, se dirán algunos, sin ver que, hoy mismo, la prensa va decayendo como todas nuestras grandes cosas: decae, porque ha hecho un esfuerzo, porque llegó a la cúspide y debe terminar en punta como los linajes de que hablara el hidalgo manchego.
¿Que la prensa no muere? Es verdad. No muere, porque la matan; y no la matan sus enemigos, sino sus aliados. No la hiere el oscurantismo, ni el fanatismo, ni el reformismo; la envenena poco apoco el adelanto, el progreso; la civilización la asesina por la espalda; la prensa muere a manos del telégrafo. Se muere de electricidad. La obra de Morse vencerá a la obra de Gutenberg. Esto matará a aquello.
Pero ¿cuándo y cómo? Voy allá. El servicio telegráfico viene invadiendo silenciosamente los periódicos. Antes, los telegramas ocupaban vergonzoso puesto en la última columna de la tercera plana; hoy, los telegramas han ido conquistando lentamente el cuerpo del periódico; se han introducido entre la sección de noticias y la de variedades; han penetrado en las regiones más profundas, han profanado el editorial mismo; se reprodujeron, se multiplicaron y el funesto servicio particular ha hecho gemir a las empresas; al final, los telegramas, no contentos con requerir tipos especiales con que meterse por los ojos, han acaparado hojas enteras y exigido epígrafes sonoros; el periódico, asfixiado por la electricidad noticiera, vino a ser un accesorio del papel azul y la revolución periodística fue hecha.
¡Oh tiempos aquellos en que un Lorenzana llenaba un papel diario! La era de los periodistas ha concluido, y empezado la del corresponsal especial, la del hilo especial, la del cable especial. Aquellos articulazos tan nutridos, aquellas candorosas gacetillas, aquella infancia del bombo, pasó para jamás volver. Entonces se decía: ¡El Diario Español trae un telegrama! ¿Qué será? Y era algo espantoso; 300 mineros por el aire, o una bonita revolución en la Siberia.
¿Pero ahora? Ahora se nos dice por telégrafo si comió bien Alonso Martínez
en Barcelona, si se ha casado en Cuenca la bellísima Srta. de X con el Sr. Z, deseándoles eterna Iuna de miel. Hasta las pastillas Giraudel son anunciadas con bombos eléctricos, y nuestras mejoras máquinas impresoras, con el triqui-triqui de su mecanismo, ni machacan párrafos ni aplastan caracteres apenas si representan lo primitivo del arte en esas prensas tan burdas, tan brutales, que parecen tragar resmas de papel y escupir negra tinta por todos sus poros.
La prensa está en el período primario, en la edad de mugre, y hoy comienza la edad galvánica: el electroperiodismo.
Los periódicos tienen sus redacciones y administraciones fijas: algunos de sus autores, más o menos Fígaros, disfrutan de palacios, y otros de locales oscuros para difundir la luz que los redactores no ven; pero esto concluirá también, no hay que dudarlo. Así como hay cafés ambulantes, así habrá pronto redacciones ambulantes, ¿quién diría a nuestros abuelos que los Sleeping-cars son fondas que corren? pues así parecerá a los reporters de hoy absurda la idea de los periodistas fijos y las redacciones movibles. ¡Qué! ¿Se piensan VV. andar correteando siempre y llegar siempre tarde a la hora de componer? Pues ya se contentarán VV. con su vagón-redacción administración en el cual los periódicos irán haciéndose de la capital a las provincias recibiendo despachos en todas las estaciones y resumiendo en sus columnas las novedades noticieras del camino.
¡No más correrías! ¡No más Menchetas! París, Londres, Madrid remitirán sus vagones-imprentas en los trenes de la mañana: esto es la edición de la corte. Luego, en los trenes de regreso, los mismos cajistas tirarán la segunda edición de vuelta; esto es la edición de provincias. Así, circulando como la sangre, los periódicos variarán los títulos: habrá el Madrid, liberalconservador; el Madrid-Zaragoza y Alicante, pongámoslo
liberal sin con; el Madrid-París, periódico internacional de anuncios, con Blasco asomado a la ventanilla; el Oriente Express, diario ilustrado con fotografías del camino, y así sucesivamente.
¡Y cuan bello no es el porvenir, si se piensa que las redacciones mismas llevarán sus periódicos a las localidades, sin molestarse en fajar, sin apilar paquetes, y sobre todo, sin usar el admirable servicio actual de Correos!
¡Ah! Esto es la emancipación Sr. Cochery español; ahora sí que le dejaremos vivir a sus anchas. En cambio las compañías de ferrocarriles serán directamente fiscalizadas por el periodista; pero no, las compañías ofrecerán el vagón gratis a los periódicos que convengan… Los diarios avanzados irán junto a la máquina; La Fe, de guarda freno, y El Siglo Futuro detrás
del furgón, iY cuidado con los choques! ¡Cuidado con que descarrile Mi Imparcial, o se le rompa una rueda a La Correspondencia, o se recalienten los ejes de El Progreso o lo que es peor, se hagan añicos todas las redacciones. Aquel día nos quedaremos á oscuras.
Porque todo ha de tener sus inconvenientes, y este adelanto durará muy poco. Estamos hartos de periódicos de papel, quo entre otros inconvenientes llegan a representar usos indignos. Estamos cansados de leer y de subsanar erratas; además, ya se nos va haciendo muy pesada la nueva ortografía. Dentro de poco tiempo, el papel sólo será usado en las revistas científicas; los periódicos políticos y de noticias serán metálicos. Verán VV. llegar LA ÉPOCA á su casa en forma de una gran hoja de finísimo estaño, cuidadosamente doblada y aparentemente lisa. ¿Y cómo leerla? No, no se lee. Traigan VV. su fonógrafo, y escuchen esa voz meliflua
de tenor que canta muy despacito:
¡La Epocaaaa,… Diariiio liberalconservadorrrl
Naturalmente, eso es muy cómodo. Se darán audiciones de El Liberal, con o sin música. Habrá periodistas de concierto y mazurkas de oposición. Como los escritores cantarán en la mano, para los artículos de fondo y los crímenes se buscarán periodistas bajos; para las criticas, barítonos; para los versos, tenores; Sentimientos se acompañará por lo jondo; pero lo más admirable de la prensa lírica, serán los anuncios. Anuncios de perro y de gato joven; cantos de jilguero y de mirlo; gritos salvajes para anunciar criadas, chirridos de máquinas Singer, Polvos de Candor con música italiana,
llantos de verdadero niño para recomendar verdaderas amas do cría para casa de los padres. Claro es que los periódicos harán de vez en cuando regalos a los suscriptores, como por ejemplo, un aria cantada por Gayarre (pero ¿vivirá Gayarre?) El Motín repartirá himnos de aquellos, y El Siglo Futuro (pero ¿habrá Siglo Futuro?) repartirá magnificos responsos.
Lo más notable serán las notas útiles: la niña preguntará por él en voz natural; él reconociendo la voz amada, contestará al siguiente día, y se oirán besos anónimos en los periódicos. Habrá, por consiguiente, sección de besos útiles. ¿Quién puede impedir demasías con los diarios, a espaldas de una suegra lúgubre, si nadie sabe quienes son ellos? Pero es más: los tísicos
de provincias toserán en la tercera plana, y el doctor de Madrid, oyendo su respiración en El Correo, remitirá al día siguiente, en la cuarta plana, la correspondiente receta.
Pasado el tiempo del periodismo auditivo, vendrá la penúltima etapa: el periodismo aéreo, El Globo se subirá á un ídem, dejando á Orcasitas en tierra; tirará desde las alturas sus ediciones y predicará la libertad aérea y sutil quo aún le tiene por los suelos; los periodistas, lo mismo quo hoy, tocarán el cielo con las manos, y huirán por los aires á toda provocación de duelo; los globos, al ir arrojando periódicos por todas partes, responderán por la pérdida de peso, y si La Correspondencia vende más que El Imparcial, tendrá que perderse de vista en las nubes. Así, los anunciantes sabrán a qué atenerse. Los grandes periodistas usarán el paracaídas, y serán preferidos para redactores aéreos los hombres de poco peso. Naturalmente, los que pesen más irán a las redacciones subterráneas y submarinas de los periódicos de oposición; desde allí se harán los trabajos de zapa, y los conspiradores trasatlánticos escribirán en verdadero papel mojado.
Pero ¿y más adelante? ¡Ah, señores! Periódicos intersiderales; diarios republicanos en Saturno y conservadores en Júpiter, y posibilistas en Venus, y reformistas en las estrellas; La Ilustración Taurómaca, revista astronómica por entregas, que nos dispararán á cañonazo limpio; el bombardeo universal, de astro a astro, con todos los diarios encerrados en paquetes de hierro; quejas administrativas contra los suscritores de Marte, que no pagan; comunicados y reclamaciones en sirio; una lluvia de proyectiles periodísticos, que descenderán envueltos en inflamada atmósfera, como los bólidos, rompiendo más de un cabeza de suscritor.
¡Oh! Aquel día será el del triunfo. Los periódicos celestes llegarán a ocultar la luz, y como las ediciones a la luna irán a las nueve de la noche, habrá siempre á esas horas un eclipse total de La Correspondencia……………………….… ……………………………………………………………………………………………………………………………Aquí iba yo, cuando pregunté á mi cartero de a bordo:
— ¿Y LA ÉPOCA? — Señor, no ha venido…
— ¡Lo mismo que ayer, lo mismito que anteayer!…
¡Oh infancia del periodismo! ¡Oh, Sr. Director de Comunicaciones!
(texto tomado del sitio https://medium.com/espanol/el-fin-del-periodismo-2351e7de3e78#.t4lzfwftw)