En los últimos cinco años he trabajado en el libro LA PRENSA QUE TENEMOS. Conversaciones sobre el ejercicio periodístico en México. Casi a punto de irse a la imprenta, algún “pajarillo” le contó del proyecto a Lorenzo Franco Aranda, quien en su columna Los reporteros somos noticia del fin de semana adelantó algunos detalles.
Lorenzo, agradezco la mención.
Espero que en muy poco tiempo esté en condiciones de compartirles más sobre su contenido.
Como siempre les digo, la discusión se va a poner buena.
Eduardo Sánchez Macías es diputado local por el distrito VIII de Martínez de la Torre. Es primo –gusta presumirlo en eventos sociales— de la presidenta del Patronato del DIF Veracruz, Karime Macías de Duarte, esposa del gobernador.
En el Congreso ocupa una curul del Partido Verde Ecologista de México aunque su militancia y filiación está en el PRI. Asunto de cuotas en la LXIII Legislatura.
Es propietario de Grupo Editorial Sánchez que concentra (al menos eso presume en su sitio web) los diarios El Heraldo de Veracruz, Coatzacoalcos y Xalapa, además del Diario de Tantoyuca, Diario de Poza Rica, Oye Chiapas, Tierra Verde, Diario Martinense, Diario de Tuxpan, El Heraldo Radio Veracruz y la Revista El Heraldo de Veracruz. Todo un emporio.
Integra cuatro comisiones legislativas, una de ellas especial, aunque en ninguna de éstas figura, pues solamente ocupa vocalías.
Pero es en una particularmente en la que su desempeño podría calificarse como desastroso. Se trata de la Comisión de Atención y Protección de Periodistas.
Su acomodo ahí fue quizá natural por su perfil empresarial, que no obligadamente significa que conozca el terreno del oficio periodístico. Sabe negociar convenios publicitarios con gobiernos, cobrar, administrar esas fuentes de ingresos, pero jamás ha hecho periodismo.
Por estas fechas Eduardo Sánchez Macías ha tenido que enfrentar denuncias laborales interpuestas en contra de su grupo editorial.
Con la excusa de recortes por insolvencia a causa de la cancelación de convenios, ha despedido a gran parte de su plantilla laboral.
Lo ha hecho en distintos momentos, en los diferentes medios que posee. Inició en Veracruz, luego Córdoba y en Xalapa.
En 2014, hacia finales del año, enfrentó las primeras denuncias públicas y laborales ante la Junta de Conciliación y Arbitraje por despido injustificado. En diciembre uno de los despedidos fue a gritarle al Congreso “Eduardo, ya páganos”.
Apenas al comenzar octubre de este año, una de sus empleadas Leticia Cruz, del noticiario de radio digital El Heraldo Veracruz, fue cesada sin el pago correspondiente por finiquito contractual.
Le pagaban por prestación de servicio 750 pesos quincenales. Leticia Cruz reclamó 6,000 pesos de indemnización, mientras que el área jurídica de la empresa ofreció solamente 1,500 pesos. Al final concilió una cantidad superior.
Este lunes un nuevo abuso laboral fue denunciado públicamente.
En la nota de MARCHA firmada por Osiris Muñoz se lee:
“Fue despedido otro trabajador del noticiario de radio digital El Heraldo de Xalapa, propiedad del diputado local Eduardo Sánchez Macías, quien además es integrante de la Comisión de Protección a Periodistas del Congreso.
“Se trata de José Haniel Domínguez Aguilera, quien se desempeñaba como productor, quien acusó que él se convirtió en el cuarto periodista que es despedido de manera arbitraria por el legislador.
“Dijo que la denuncia pública es para evidenciar que al interior de esa empresa han ocurrido despidos injustificados y sin indemnizaciones, pues les piden firmar ‘renuncia voluntaria’ con carácter de irrevocable”.
“Declaró que él fue despedido el pasado 29 de septiembre, juntó con cuatro personas más que han decidido interponer una queja ante la Junta de Conciliación y Arbitraje de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, con el fin de que se respeten sus derechos.
“Llevaba cinco años trabajando en El Heraldo; sin embargo la administradora de la empresa, María del Socorro López, le notificó que por falta de recursos y convenios con el gobierno del estado su salario tendría que ser reducido y en su caso tendría el derecho de solicitar su renuncia.
“‘Yo me negué rotundamente y por ello se me negó la entrada a las instalaciones quedando objetos personales dentro de la empresa, los cuales no se me devolvieron, se trata de cables, micrófonos y cámaras, que ahora la empresa se quiere quedar’”.
Sánchez Macías se burla del gremio periodístico y de su ejercicio. Pero se lo permite la autoridad laboral como a cualquier empresa. De ahí que lo continuará haciendo.
Lo que no deben dejar de hacer los trasgredidos es denunciarlo, pública y laboralmente, pues sólo así se exhibirá a este político oportunista que tiene configurado en su cabeza al reportero con el símil de un kleenex.
Pero que lo entienda Eduardo Sánchez, los periodistas no son desechables; en cambio, su corta carrera política sí, y tal vez su grupo editorial corra con la misma suerte al concluir el sexenio que lo convirtió en un editor próspero.
La columna E Pluribus Unum es escrita por Raúl Martínez Chávez y publicada en diferentes medios
Se niega a respaldar públicamente a Silva Ramos
En un acto de congruencia le renuncia al que dice mandar en Veracruz
El tuit de medianoche
La noche del jueves fue una noche de definiciones para Ranulfo Márquez, personaje de leyenda entre las huestes priistas, ave de tempestades que ha logrado permanecer durante décadas en el escenario político de Veracruz y uno de los principales operadores del tricolor.
Ranulfo –“Cabeza de Lata”, como le llaman sus allegados— es cercano al ahora Cónsul en Barcelona Fidel Herrera, exgobernador del estado y primer saqueador de las arcas jarochas (bueno, el primero fue Miguel Alemán pero por montos gana Herrera Beltrán).
Pues bien… Ranulfo puede decir lo que pocos y pocas pueden y tienen el valor de hacer… mandar al carajo a quien dice gobernar Veracruz.
¿Cómo? Pues fácil y rápidamente.
Simplemente díganle que NO saldrán a manifestar públicamente el apoyo al príncipe consorte y diputado federal Alberto Silva para que encabece el CDE del PRI en Veracruz y… ¡LISTO!
Claro, todo esto soportado con la retórica de que su apoyo total y absoluto es para el suspirante a candidato y Senador de la República José Yunes Zorrilla.
Ranulfo le recordó a Duarte que en su momento le dio todo su apoyo para que fuera candidato y posteriormente gobernador, y que así como él (Duarte) en aquel momento no repelo la decisión, pues no lo hiciera ahora.
Y para no dejar dudas, Ranulfo Márquez le renunció en ese momento para retirarse y dejar con un palmo de narices al rollizo gobernador.
Así que después de esta pequeña historia, pueden entender la emisión de un tuit cerca de la medianoche, tuit que simplemente quiso ganar el “brinco” y hoy viernes poder hacer el movimiento lo más temprano, rápido y terso posible.
La fotografía del lunes en la que el gobernador Javier Duarte de Ochoa apareció rodeado de los dirigentes de cámaras empresariales del estado pareció un festín. Pero no lo fue.
El sitio del encuentro fue el jardín de la residencia de la empresaria de la construcción Leonor de la Miyar Huerdo, allá en la Privada de Basurto, en el centro de la ciudad.
Esa tarde, después de desahogar muchas inquietudes de los liderazgos empresariales, al equipo del gobernador le pareció buena idea tomarse la foto del recuerdo.A Duarte lo sentaron al centro. Lo habían acompañado por lo menos tres secretarios de despacho: Flavino Ríos Alvarado de Gobierno, Antonio Gómez Pelegrín de Sefiplan y Erick Porres Blesa de Sedecop.
Aún no queda claro cuál de los empresarios había convocado el encuentro, aunque algunas fuentes señalan a la anfitriona como la impulsora de la reunión.
Cuando les corrieron la invitación, desde el viernes por la noche, muchos manifestaron oposición para asistir por la condición de que un día antes el Congreso del Estado había aprobado la iniciativa de reforma al Código Financiero propuesta por el gobernador Duarte, por la que se aumentó del 2 al 3 por ciento el Impuesto a la Nómina, ese que pagan los empresarios.
Finalmente asistió la mayoría convocada. Con la divulgación de la fotografía algunos aventurados aseguraron que Javier Duarte había cogido al toro por los cuernos y “planchado” a los empresarios.
Nada de eso ocurrió. Algunas fuentes que asistieron al encuentro revelan que lo ocurrido ahí adentro, en privado, había sido otra cosa distinta.
Uno de los empresarios en su alocución con Javier Duarte levantó la voz. Hubo un fuerte reclamo por el incumplimiento de pago al sector empresarial pese a la calendarización de la Secretaría de Finanzas y Planeación.
Otro más tranquilizó las aguas. Pero de paso formuló una petición al gobernador.
Le sugirió superar esta coyuntura de enfrentamientos y división que tiene por todos lados. Le dijo que al final los empresarios del estado entendían el alza del Impuesto a la Nómina por tratarse justamente de eso, de un “impuesto”.
Entonces aconsejó darle la vuelta a la página porque el sector empresarial no debía ser otro problema más para el gobierno, otro como el que enfrenta con la oposición o con los propios militantes del PRI, los senadores Héctor Yunes Landa y José Yunes Zorrilla, o el de la inseguridad y crisis, o el de la corrupción e impunidad en su gobierno.
Pero no solo eso, sino que los reclamos de los empresarios obligaron al gobernador Duarte –quien por momentos perdía la sonrisa— a comprometer los pagos solamente a aquellos que están agrupados en las cámaras.
En el mismo tono le exigieron que haya verdadera transparencia en el uso de los recursos derivados del Impuesto a la Nómina, pues le recriminaron que mientras la iniciativa privada es sometida con decisiones como esta, algunos de sus servidores públicos y exfuncionarios del gobierno se pasean por la ciudad disfrutando de los recursos públicos que saquearon y que ahora tiene endeudado a Veracruz.
El encuentro no fue un picnic para Javier. No porque ahí escuchó que si permanece este ambiente de distanciamiento y división crecerá el riesgo de que quizá su gobierno sea recordado como el que puso todos los elementos para ceder el poder a un partido distinto al PRI.